Se trata de trabajadoras que estaban realizando desde el miércoles una medida de fuerza consistente en un quite de colaboración y no dictado de clases, en rechazo a la decisión unilateral de la entidad al reducir horas de trabajo y una consiguiente rebaja de haberes a 6 docentes, al tiempo que además suspendieron por 30 días sin goce de sueldo a otra. El malestar comenzó con el recorte, y se sumó que las mismas no reciben incremento salarial desde hace 18 meses.
“La suspensión de las 15 como represalia al paro pretendió ser un amedrentamiento para el resto, pero la contratación de reemplazantes para continuar con el dictado de clases, oficiaron como agravantes y a su vez causales de la paralización total de las actividades. Lo que aparece en este caso es un claro ejemplo de persecución gremial: las compañeras estaban realizando una medida de fuerza, reclamando por sus derechos y la respuesta fue una acción en desmedro de sus legítimos derechos”, sostuvieron a través de un comunicado, Martín Lucero y Gustavo Monduzzi, secretario General y Gremial de Sadop