“Yo siempre viví en la boca del diablo, naciendo, muriendo y resucitando”, cantaba Fito hace algunos años. Y hoy, al ver las tapas de todos los diarios del mundo que recuerdan a Maradona, se me viene a la cabeza esa canción.
El Diego siempre vivió en la boca del diablo, pero ésta vez, para la pena del pueblo, no va a resucitar. Se armó la grieta otra vez con la muerte del crack, del ídolo popular, quien supo brillar y tuvo sus momentos miserables como todos nosotros. Por eso no voy a hablar de moral con la bragueta baja. ¿O acaso todos son tan impolutos para cuestionar al tipo que nos hizo estallar la garganta gritando sus goles en la Selección Argentina? Claro que no.
Anoche, entre tantos mensajes, recibí uno de mi hijo, donde él me preguntaba si “era normal estar así de triste por alguien a quien nunca conocimos”. Y le respondí esto:
“Es un ídolo popular, con sus luces y sombras. Yo lo critiqué, mucho lo critiqué cuando abandonó a su hijo italiano (quién más que yo puede saber lo que es que te dejen en banda con un pibe a cuestas, ¿no?). Pero hoy el astro popular trasciende lo humano
El tipo salido de una villa y del hambre, lo recibía el Papa y se sacaba fotos con ÉL. Era inmanejable y eso, también era entendible. Por mi parte, más allá de mi pelea interna con el Diego padre, hoy se nos murió una parte de la juventud. ¡Es normal estar tristes!
Cantábamos la Thatcher, la Thatcher, la Thatcher donde está, la busca Maradona para cogérsela. Fue el tipo que nos alivió después de la absurda guerra de Malvinas donde se murieron nuestros pibes, fue el tipo que a los pobres que ni para morfar tenían, cuando él jugaba, les hacía olvidar todos los días que habían pasado con las tripas chillando. El que nos dio las mayores alegrías
Eso era él.
Otro día hablamos de adicciones, si querés, y de hijos no reconocidos.
Hoy hablamos del sentimiento popular. Y el pueblo no olvida a quien no lo traiciona. El diego nunca se vendió. Así fue El Diego, murió siendo El Diego❤️. Lloralo tranquilo”.
Y vos que lees esto, también lloralo en paz.
Que D10S ya está en el cielo con Chitoro y Doña Tota.