“Seré un presidente que busque unificar, no dividir”, declaró el demócrata Joe Biden en su primer discurso tras ganar las elecciones. Pero los eventos de las semanas siguientes, con la negación de Donald Trump a reconocer la derrota, el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores y el segundo juicio político contra el republicano, hacen de la investidura de este miércoles un evento totalmente atípico y de su promesa, un desafío colosal.
Con 78 años, Joe Biden, el 46° presidente de EEUU, será el de mayor edad. Pero este no es el único “récord” que rompe. En su tercer intento de llegar a la presidencia, Biden fue también el candidato más votado de la historia de EEUU, con más de 74 millones de votos. Sin embargo, por la pandemia de coronavirus y el temor a protestas violentas, este político de carrera asumirá este martes al mediodía (a las 14 en la Argentina) en una ceremonia inusual, con una asistencia reducida, y en una ciudad blindada por más de 20.000 soldados.
Donald Trump, el gran ausente omnipresente
Como es de costumbre, al traspaso de mando asistirán todos los expresidentes vivos y sus cónyuges para dar una imagen de unidad, con la excepción de los Carter por su edad avanzada. Estarán Barack y Michelle Obama, Bill y Hillary Clinton y George W. y Laura Bush. Pero el acto tendrá una ausencia de peso: Donald Trump. El mandatario, que enfrenta un segundo juicio político por “incitar a la insurrección” en el Capitolio, decidió volar temprano por la mañana hacia su club de Mar-a-Lago, en Florida, su “lugar en el mundo”. Es el primer mandatario saliente en no asistir a la investidura de su sucesor en más de 150 años, desde que Andrew Johnson se saltó la toma de posesión de Ulysses S. Grant en 1869.