La era de la “infoxicación”: cómo influye la tecnología en nuestro estrés cotidiano

by Maria Fernanda Rey
0 comment

*Por Federico Lande, Psicólogo.

Este artículo que captó tu atención es un poco largo, pero no tan largo. Tal vez hay muchas chances de que no lo leas entero o que lo leas saltando de un párrafo a otro. O que simplemente te quedes en el título y nada más. Nada nuevo bajo el sol: hay más información en otro lado esperando por vos.  

Vivimos en la Era de la Información, era que designa el período (lee bien) en el que el movimiento de información se volvió más rápido que el movimiento físico, pero, ¿no te parece que podría llamarse la Era de la Distracción o aún peor, la Era de la Infoxicación (neologismo acuñado por el especialista en información Alfons Cornella, la era en donde la excesiva información nos intoxica y estresa)?. 

Este caudal excesivo de información no tiene antecedentes para nuestro cerebro que es, prácticamente, el mismo desde hace 10.000 años. Aunque nunca hemos estado libres de distracciones, éstas no estaban causadas por tecnologías que deberían servirnos para vivir mejor, más felices y más conectados con el mundo. 

Las tecnologías con las que vivimos nunca han sido tan abrumadoras, tan intensas e invasivas como lo son ahora. Tenemos distracciones viniendo de todas las direcciones: notificaciones cuando estamos trabajando, estudiando, manejando o simplemente charlando con nuestros amigos. En casa está la televisión con más de 500 canales y plataformas de películas de todo tipo de género. Estamos tan enchufados a dispositivos electrónicos que básicamente libramos una guerra para que nuestra atención se centre en una tarea a la vez. 

Si llegaste hasta acá hagamos un ejercicio. 

Mientras leías, ¿cuántas veces te desconcentraste? ¿Cuántas veces pensaste en hacer otra cosa? ¿Cuántas veces te resististe? ¿Cuántas personas intentaron obtener tu atención en las redes sociales?

En un mundo ideal, la respuesta a todas estas preguntas sería NINGUNA VEZ. Pero para muchos de nosotros las respuestas a este pequeño ejercicio probablemente serían ¡MUCHÍSIMAS VECES! 

Tal vez haya un precio.

Estrés tecnológico

Con tanto compitiendo por nuestra atención y con tan poco tiempo para lo verdaderamente impotante, es increíble que aún podamos resistir dignamente a la infoxicación. Parece que hemos llegado a esta era sin ser conscientes de todo  lo que está ocurriendo, o sin darnos cuenta de sus consecuencias: la escasez de tiempo libre de calidad y la imposibilidad para vivir con un mínimo de relajación

Quizá es hora de intervenir, es hora de que prestemos atención a lo importante. Necesitamos reflexionar sobre nuestros comportamientos, cambiar el foco para que la tecnología se adapte a nosotros y no al revés.

Anti antitecnología

No creo que debamos renunciar a la tecnología. No va por ahí. Gracias a la tecnología mi carrera profesional sigue creciendo y puedo ganarme la vida ayudando a otros. Pero mi intención es vivir una vida más rica, más enfocada en lo importante e intentar ser mejor persona con las personas que me rodean y no vivir una vida donde siempre estemos conectados en otro lado, siempre interrumpidos, siempre distraídos, siempre bombardeados con información y demandas. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cuándo decidimos forma parte de esto?

Estar conectado todo el tiempo, ser parte y generador de esta constante corriente de información, es una expectativa que la sociedad tiene ahora sobre nosotros Nunca hubo un momento en que acordáramos seguir esas expectativas, pero éstas han evolucionado rápidamente en la última década. Ir contra esta expectativa es inmensamente difícil. Pero no creo que debamos escapar del todo. Lo que estoy diciendo es que necesitamos repensar las cosas, cambiar las expectativas para que el sistema se adapte a nosotros, no al revés. 

¡Atención, ya estamos terminando!

Veamos que podría pasar si logramos dominar las interrupciones tecnológicas:

  • Podríamos conectar con la persona que tenemos adelante.
  • Podríamos tener un espacio para crear y ser más productivos. 
  • Podríamos mejorar nuestro rendimiento cognitivo.
  • Podríamos terminar de leer los libros que empezamos alguna vez.
  • Podríamos descansar de la infoxicación.
  • Podríamos encontrar silencio, meditar y hacer más actividad física.

Cierre

Alicia, la del país de las maravillas, pregunta al gato de Cheshire en un cierto punto qué camino debía tomar. Cheshire le contesta: “Eso depende mucho del lugar adonde quieras ir. Si no sabes adónde quieres ir, no importa qué camino sigas”. Si estás intentando concentrarte más tenés dos opciones al igual que Alicia. Si no te importa cómo llegar, agarra cualquier camino. Pero si de verdad queres llegar a algún lugar es mejor que tengas una visión y un plan de cómo hacerlo. Alterna entre horas de conexión y desconexión para que tu tecnología sea usada a tu favor. Si estás afuera con tu familia o amigos y no estás trabajando deja el teléfono en casa. No necesitas interrumpir ese tiempo personal por tu impulso de comprobar las cosas. Experimenta hasta encontrar un método que se ajuste mejor a tus necesidades y situación. Tomá conciencia: menos no es que sea más, sino que es mejor.

 

 

 

Comparte
0 comment

También te puede interesar

Leave a Comment